lunes, 5 de marzo de 2012

El escudo inmobiliario

El Escudo inmobiliario

Su propio nombre lo indica: vamos con la cuarta primada. 

Llegada. Como siempre: es dificilico dar con el sitio.

Cena del Viernes. 
Javier y Geno haciendo de perfectos anfitriones esperan ( y mi madre) para entrar a los últimos en llegar José Luis y Salada. 

Sábado.
Mañana.
Día de sol. El almendro florecido y los frutales casi.
Excursión en bus. 
Financiada por la tía Mari a la que lo que más le gusta es recibir una llamada no para que le den las gracias y decir que venga si no para que le cuenten las cosas agradables y divertidas que acontecieron. (Se siente, ya le he contado casi todo).
Javier no encontró el diccionario panocho editado en Cieza pero dende que salimos  puso a nuestra disposición un guía que no dejó rincón del valle de Ricote sin glosar en esa graciosa parla que supo enriquecer más si cabe. A él se debe el hallazgo que da título a esta crónica. 
Si vueltas daban las norias no menos se vieron dar al patriarca Rafael con el conductor en amigable plática que suponemos llena de fantasías moriscas. Pinchemos sin enterarnos. Cambiemos de autobús. Piedad contó quién era Ricote, y su hija. En llegando a Cieza, parada a comprar rollicos, empanadillas y flores; morcillas no se pudo.

Ofrenda floral en el cementerio.
Buen remate al intento del chito Jose Luis que por correo intentó el año pasado un homenaje personalizado a todos y cada uno de nuestros mayores ausentes. Carmen Pérez nos indicó donde quería ser colocada y Carlos Villena también. Muchos recordamos con cariño a los que allí reposan. (*)

Del cementerio a la cueva sima de la Serreta en el Cañón de los Almadenes. Por los pelos lleguemos a comer.

Tarde en la balsa termal. 
Eso fue un puntazo. Ver a tantos hacer el topo de río (los sin gafas), la rana, el gusarapo, la libélula, la foca, el zapatero o tejedor sobre las aguas, bajo los chorros, en las burbujas, por la acequia exterior …  luciendo un tipo excelente: con gorro o en albornoz.
Cena de Gala.
¡Qué gusto me dio veros tan guapos y trajeados! Cuanta pajarita y que bien olíamos todos. Salón con sillas imperio y mesas redondas. Comida abundante, con clase y servida en su punto. A los postres una tarta con dos velas ( un uno y un cinco) y todos le cantamos el ¡Por ser un Caco excelente …! Tan nervioso se puso que solo apago una al primer soplido. No hubo discurso.
Salón de baile grande y con un magnífico sonido. Poco a poco se van soltando. Maikel Yacson Varela, PiPi número pi y Perico el Travolta se comieron la noche y a su rebufo grandes y pequeños trataron de seguirles con gracia, patosidad, ritmo, esfuerzo y muncha voluntad. Se oyeron carcajadas en la platea. Al cierre del salón hubo quienes se bajaron a Archena y …

Domingo. 
A las 11 horas foto oficial en las escaleras de la capilla Virgen de la Salud o Salus Infírmorum  del balneario. Faltaron piezas. 
Y cada uno a su casa. El grupo de Madrid pasó por la Casa Sabas de vuelta y se fotografió en el frontón después de tomarse un vasico de horchata de avellana que Coke Maria trajo de Los Valencianos. También se robaron de los bancales de casa Rosarico unos brócolis, sin cuchillo y con las manos. 

Nota final.
Javier el organizador por todos alabado parecía un general romano victorioso entrando en carroza por la empedrada vía de las termas. Conviene imaginar también al tradicional siervo (¿Pico? ¿Carlitos?) que sujeta la corona de laurel sobre su cabeza y le repite al oído aquello de: Memento mori, quia pulvis es, et in pulverem reverteris. ¡Respice post te! Hominem te esse memento. [Recuerda que morirás, que eres polvo y al polvo regresarás. ¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre (y no un dios panocho)]. 

(*) Coda

De este personaje familiar, el tio-abuelo Juan, se ha contado que era capaz de sumar una columna del listín telefónico de memoria o tocar de mano maestra el violín sin saber música, o sea de oído. 
Un entusiasta de la mujer. Heredó una fortuna que gastó a la carrera con ellas. Lo recuerdo anciano pidiendo que le comprasen un polo color butano. Era el preferido de la chiquillería.


Se cuentan muchas. En uno de los multitudinarios rosario en familia  soltó -¡Qué buena está la Trudi Bora! (hay foto de ella en Google). En otro, que fijación, reclamaba amores a una joven sirvienta que no sabiendo como quitárselo de encima dijo que le gustaban rubios. Se marcha y aparece teñido en mitad de la letanía; entre Virgo potens y Turris ebúrnea (permitan la licencia). 

Asistí a una reubicación para hacer sitio en el panteón familiar. De dos en dos. Siendo voluminoso lo que quedaba de ambos no cerraba la tapa. Mientras el sepulturero daba golpes en ella e iba encajándolos entre crujidos óseos se oyó decir a mi madre ¡Anda que juntar al mujeriego del tío Juan con un cura! 



Entrada escrita por Chito Jose Luis Sr. Fotos de Trudi Bora cortesía de Google.

5 comentarios:

  1. chito jose luis senior5 de marzo de 2012, 15:50

    Suponiendo que alguien entre por aquí, o lo siga por mail, y le interese.
    Fotografías Cieza.
    Son excelentes. En la entrada Sierra Cabeza del Asno hay una con toda la pinta de ser el lugar donde dejamos los coches la última Semana Santa en que subimos a La Madama llevando bocatas de sardinas en escabeche preparadas por una gallega salada que no pudo venir.

    Veo varios fallos de tipo ortográfico y gramatical en la crónica y un lapsus calami: el de florar.

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  2. Pues a mi me parecio escuchar escudo innobiliario. Peor burrada. A fin de cuentas el escudo esta en el inmueble. Pero innobiliario es innoble.

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  3. Por si no se dieron cuenta sólo el último verso en azul vale como enlace al poema completo. Esta Aka edita regular y se lo olvidan cosas que le pedí.

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  4. Dice mi abuela Carmen, Carmen I, sobre las historias del tío Juan (el de la Trudi Bora):

    Es que no fue en pleno rosario, fue en Cieza y en casa de la tía Pascuala. Resulta que se enamoró de la "fraulen" que tenían las hijas de Pascual. Y cuando se le declaró, la pobre, para quitárselo de encima, dijo que le gustaban rubios. Y un día, cuando en la entrada a la casa de la tía Pascuala estaba toda la familia y gente del pueblo (bastante gente en total), lo vieron bajar por las escaleras teñido de rubio. Y claro, fue la juerga padre. Cree recordar que en vista de esto, la "fraulen" se largó a Alemania.

    Esta es la realidad.

    Cuando mi padre le invitaba a Valencia, salía, iba a los teatros a ver variedades, y nosotras todas las noches rezábamos el rosario, y en pleno rosario le hacía comentarios a mi madre. Le dijo lo de la Trudi Bora. En otra ocasión le dijo que se había enamorado de una chica que tocaba muy bien el piano. Y mi madre le preguntó "ah, pero has entrado ya en su casa?", y él dijo que no, que se había apostado en la calle, frente a su casa, y ella tocaba el piano con las ventanas abiertas.

    Tanto nos reíamos que mi padre, que era muy estricto, nos prohibió reirnos de él, y nosotras argumentábamos que no era de él, que era con el, que tenía mucha gracia. Pero si, nos reíamos de él porque estaba un poco loco.

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