viernes, 29 de junio de 2012

Noticias

Me informan que se ha producido un incendio en el Coto Peña. Está ya completamente extinguido. 
Esta vez la suerte y el viento acompañaron  llevando el fuego en dirección Cancarix. Se quemaron muy pocas hectáreas del Coto. Un repentino giro del viento al comienzo del incendio nos salvó de ver quemada nuestra Casa Sabas.

Copio y pego parte del correo de Javier. 


Con el corazón en un puño y recordando el infierno vivido hace 18 años en el Puerto de la Mala Mujer, llegué por fin a la zona incendiada cuando empezaba a amanecer.  Pude ver que  solamente se habían quemado unas 5 has del coto, el resto, unas 30 has, era de las fincas colindantes.
Me encontré con un forestal amigo que al verme me dijo  "No tomes pesadumbre por lo que estás viendo...  Ha sido un milagro....Cuando llegamos anoche, el viento iba hacia el sur, hacia la Casa Sabas... De repente, como si fuera un fenómeno extraño de la naturaleza, cambió y el incendio se dirigió a Cancarix y directamente a los bancales, donde se paró...Te has salvado de milagro... No se qué santo era ayer pero ya puedes rezarle...." Entonces caí en la cuenta que era mi cumpleaños y que el día anterior era... San Juan Bautista. 

miércoles, 27 de junio de 2012

Felicidades!!!

Hoy la abuela Carmen cumple 84 años estupendamente llevados!!!

Acordaros de llamarla para felicitarle. Aunque no esté en casa - que es lo más probable- le podeis dejar un msg en el contestador. Le encanta escucharlos!!!

Besicos!

+`'

jueves, 21 de junio de 2012

"JUVENTUDES MAURISTAS"


Nuestro abuelo como veis es el primero por la derecha. El mas jovencillo desde luego, pues me rio yo de las "juventudes". Calvorotas mauristas diria yo.
Creo que nuestro abuelo era muy consciente de que injusticias y abusos se cometieron en ambos bandos y por ello seguramente no estuvo ya por la labor. Solo así podemos explicarnos que le diese casa y trabajo a uno que había participado en la batalla de Brunete y que era mas rojo que las amapolas: Manuel el Zurrón. Y sin embargo como todos sabemos un alma de Dios.

miércoles, 20 de junio de 2012

LAS CONTRADICCIONES DEL ABUELO

Al hilo del comentario del primo Jose Luis sobre el gramófono de la Casa Sabas y lo mucho que le gustaban al abuelo las marchas militares, lo que resulta  chocante teniendo en cuenta sus ideales pacifistas de juventud, se me ha ocurrido haceros la siguiente reflexión: ¿ por qué? una persona tan activa ,que fue periodista, abogado ( de hecho fundó el bufete que tanta fama le daría después al tío Antonio), profesor de derecho ( el primero de Derecho Internacional Público que tuvo la Universidad de Murcia), registrador de la propiedad y sobre todo político, que dirigió el el partido de Maura en Cieza y su extensa comarca de entonces hasta la dictadura de Primo de Rivera y aun después en la sombra hasta la Guerra Civil ; acabada esta, y todavía era relativamente  joven (50 años), cuando se supone que han ganado los "suyos", se aleja del mundanal ruido y parece que todo le importa un pimiento, excepto la caza de la perdiz con reclamo, los veranos en Benidorm y, como decía mi padre , sus "beaterías".Se lo pregunté  muchas veces pero él sentía auténtica veneración por el suyo y era incapaz de hacerle ninguna crítica.Más enigmática resultó la respuesta de la tía Toni, algo así como que era mejor no remover cosas del pasado, de hecho cuando le comenté que podía averiguar quíen había denunciado al tío Antonio por masón, siendo él el primer alcalde franquista ( acusación a todas luces falsa), me prohibió taxativamente seguir con las investigaciones porque el delator (hace 15 años ) todavía estaba vivo y era necesario olvidar y perdonar.
Aunque me imagino  la respuesta a la pregunta que os planteo, me gustaría que los primos más viejos os pronunciaras, yo era muy pequeño cuando el abuelo murió ( 6 años ) y tengo muy pocos recuerdos de él.
Un abrazo.
Javier.
P.D. Hay un historiador de Cieza, compañero de colegio de Geno, que está interesado en publicar una biografía del abuelo. Dice , y en eso estoy completamente de acuerdo con él, que en Cieza se ha magnificado la memoria del tío Antonio y que el elemento principal de la familia Pérez era nuestro abuelo. El también me pregunta por su ostracismo tras la Guerra.

lunes, 18 de junio de 2012

MÚSICA, MAESTRO


El gramófono es un tocadiscos al que se le daba cuerda con una manivela y los discos, que giraban a 78 rpm, eran de baquelita. Así se podía oír música y canciones en el Campo por aquellos tiempos; la radio solo se ponía para las noticias, el llamado parte.
Algunas noches nos dejaban a los chitos escuchar el limitado repertorio y participar …

Al abuelo Perico le hacia gracia ver a sus nietos desfilar al son de la música militar; ese era el arranque o el punto final de la velada cuando está se producía en su presencia.
Nos compró para hacerlo con mejor atrezo que una vara seca de gamonita unas escopetas de juguete que tenían la culata pintada de rojo, y desteñían. Con una al hombro, en formación de a uno y marcando el paso, marchábamos unas veces con el Himno de la Legión (paso ligero), otras con el de la Infantería o el Oriamendi. Recuerdo sus carcajadas.
No sé si elevo a categoría una anécdota sin importancia, pero me sorprende el detalle. ¿Qué sentido del humor tenía aquel hombre que hizo su tesis (tras la primera guerra mundial) sobre pacifismo y le tocó vivir la guerra civil, la segunda mundial y la guerra fría al reírse así viendo desfilar de aquella manera a sus nietos?
Aquí lo dejo, a la anécdota, con este final abierto a cualquier interpretación.

La abuela era mas previsible en sus gustos. Poesía de Campoamor.
Boleros del Trío Los Panchos (Aquella Malagueña  con su largo falsete. Al oírla veo el suelo de baldosas del primer pasillo donde recuerdo cantarla con mucho sentimiento y poco oído caminito de la cama) y las Coplas de la Piquer con su Tatuaje y su La Lirio.
La Zarzuela con la fiel espada triunfadora que ahora brillas en mis manos
La parte de humor estaba representada por el Maria Cristina me quiere gobernar de la que no encontré en la red ninguna versión similar y, con otro tono, la Copla de la Dolores.

Nada comparado con la irrepetible interpretación que hacía La Niñera de La Niña de la Estación¡Que personaje! Se merece una entrada con foto en la portada.

Un final diferente al militar, -para educar el oído musical- decía la abuela, consistía en poner el Claro de Luna de Beethoven por, me acuerdo, Paderewki al piano.
Si algún joven llegó hasta aquí ahora le pongo algo español y moderno. Bebo & Cigala. Para educar también su oído musical.

domingo, 17 de junio de 2012

De aquellos polvos... mirad que lodos

Mirad lo que acaba de hacer mi niña mientras la abu dormia a la nena , haciamos la comida y muchas cosas mas.Os estamos ganando los Sanchez de Mora a la hora de escribir Muchos besos a todos /as .

  http://lola-steiner.blogspot.com.es/2012/06/la-sinora-teodora-y-sus-ansias-de-vivir.html 

viernes, 15 de junio de 2012

VENTA DE LA CASA SABAS

Querida familia: Sin saber muy bien a quién le escribo esto, os tengo que comunicar que la semana pasada vendí la mitad de la finca. Conservo la casa y más de 300 has entre Albacete y Murcia.
Aunque algunos ya sabíais la penosa situación económica en que me encontraba, ímagino que a la mayoría os pillará de sorpresa la noticia. No es un mal trato,dadas las circunstancias; por un lado vendo lo suficiente para pagar las numerosas deudas, (el coto Peña y la superficie de labor) y por otro me quedo con mucho terreno (la loma de María y la zona de Cieza). Curiosamente, lo que me queda es , más o menos,lo que nuestro abuelo Pedro compró y/o heredó hace casi un siglo.
La verdad es que estoy muy contento con el resultado final de la operación. Otro día, si quereis, os explicaré los entresijos del trato, que ha sido muy complicado, por no decir angustioso.
Aprovecho la ocasión para deciros que, si no me he puesto en contacto con vosotros antes, a través de este blog, ha sido porque me era muy difícil comentar cosas de la finca, cuando al mismo tiempo estaba negociando la venta de la misma.
¡ Qué cabrones sois! Venga y venga a sacar historias de la Casa Sabas, como nunca antes lo habíais hecho,mientras yo me veía obligado a negociar cómo salir del apuro en que me encontraba. Pero en fin, como bien está lo que bien acaba, quiero celebrar con todos vosotros que, como diría la tía Pepita, seguirá  habiendo un Pérez al frente de la Casa Sabas........ de momento.
Un abrazo chillao para todos.
Javier

martes, 12 de junio de 2012

Teníamos un volcán



Si en vez de mirar hacia delante en la Casa Sabas, a la Madama o el Picacho, lo hacemos hacia atrás veremos a la derecha de la Casa Peña una imagen que destaca como un barco de carga que navegase por el seco horizonte. Es el monte de Cancarix: la foto que ilustra la entrada anterior. 


El almendro que había detrás de la casa era el velero bergantín y pirata donde jugábamos en la infancia a embarcarnos para tener mil aventuras de luchas y exploraciones; aquel otro barco en el horizonte ha resultado ser un Geosite (Lugar de interés geológico español de relevancia internacional) con denominación “VU-01: Edificio volcánico de la Sierra de las Cabras (Cancarix)” dentro del grupo de puntos de interés  «Asociaciones volcánicas ultrapotásicas (lamproíticas) neógenas del SE de la Península Ibérica».


Entonces no sabía que era un volcán; una chimenea volcánica de siete millones de años formada por unas rocas raras que reciben el nombre de cancalitas por la toponimia del lugar o sanidina (feldespato potásico) en mineralogía. 


Si les interesa el fenómeno no tienen mas que buscar en Google poniendo volcán o pitón volcánico de Cancarix.
En la foto del mapa geológico, los afloramientos volcánicos son de color azul oscuro tirando a morados (32).
  
Se nota que la familia era de letras. Jamás nos informaron de aquello. 

domingo, 10 de junio de 2012

Un loco en las fiestas de Cancarix






De todos los intentos que se han hecho para definir a un humorista, el que mejor le cuadraba, creo yo, a mi padre, por sus dichos y obras, es la que lo caracteriza de “lesionado cerebral”, entiéndase en el sentido menos dramático de la palabra.  Digo menos pero no nada, porque al cabo su ocasional alegría que tan bien contagiaba, era como suele decirse y mi padre no era en eso una excepción, una forma de distraer la preocupación, los disgustos y la amargura que tanto se llevan de la vida de cada cual.
El, a su modo, lo llamaba parecidamente diciendo que en la familia, no se si la Vidal, la Pérez o las dos (en cuyo caso vamos dados, hermanos), había indudablemente “un cromosoma loco”.
Pues este cromosoma loco protagonizó una, bien sonada, en las fiestas de Cancarix de ya no se que año.
Doy por sentado que hasta los mas tiernos brotes familiares saben donde sitúa esta aldea de poco mas que cuatro casas y cuyas fiestas, en pareja proporción, consistían en cuatro puestos de golosinas y juguetes, unas banderitas de colores colgando de cuatro cables mal tirados, y una pequeña orquesta. Y tan pequeña, le queda grande hasta el nombre. Eran tres músicos, siempre los mismos, se llamaban “Los Picazo” y tocaban subidos al remolque de un tractor. A su pie, todos los aldeanos y algunos más de Minateda y Agramón, se entregaban al baile.
Estaba ya el ambiente animado cuando llegamos. Mi padre, después de mirar en todas direcciones agradablemente sorprendido y con los correspondientes ¡Anda mi madre!, otorgó inmediatamente a aquel tinglado el rango de divertidísimo. Y se puso a ello.
Lo primero que hizo fue sacar a bailar una por una a las tres catetas más gordas que encontró. Una de ellas le dio bastante juego y se dedicó a hacer tonterías con sus extremidades inferiores, una cosa muy parecida a sacudirse el barro, o acaso la mierda, con pataditas al aire, de esas zapatillas azules que se compraba todos los veranos. Cuando parecía querer acostar su cabeza sobre la enorme clavícula de su pareja, la señora, indicando bien su origen y crianza, se reía a grandes gritos que a mi padre parecían darle mas cuerda.
Cuando se cansó de bailar se acercó a los puestos de golosinas y encontró dos cosas de su agrado. ¡Hombre torraos! Y se compró un cucurucho de garbanzos tostados. ¡Déme usted también una pelotica de esas! Se trataba de un juguete muy popular en aquellos años. Una pelota de cuero de la que salía una goma elástica en cuyo extremo hacía un anillo para sujetársela al dedo anular, así, si se lanzaba la pelota volvía nuevamente a la mano.
Se comía un torrao y tiraba la pelota al suelo. De vuelta, unas veces la pillaba y otras no, con lo que la pelota volvía a subir y terminaba dándole en la cabeza, en el hombro, y una vez, me acuerdo, ¡Adiós! en una de las patillas de las gafas que se le quedaron escacharradas en la cara.
La cosa empezaba a ser notoria e inquietante. No puedo menos que llamar la atención de un niño. Mucho es decir eso, el nene era la perfecta encarnación de la machadiana expresión del “atónito palurdo” castellano. Miraba los manejos de mi padre apoyado con su hombro en un portalón y chupándose –literalmente- un dedo. Se dio cuenta, en una de esas que le estaba mirando, y dando un paso hacia él y extendiendo el brazo con el cucurucho, dijo con acento que le debió parecer del lugar: “Nene quiés torrauuus! El niño no movió un músculo, solo abrió un poco mas los ojos, momento en el que fiuuuu le fue la pelota que le pasó a dos dedos de la nariz, porque estaba de medio perfil.
Aquí si el niño echó a correr y se llevó con él a tres o cuatro que jugaban a su lado mas distraídos. Mi padre también corrió un poquito y cuando ya le pareció, echando todo el cuerpo hacia delante y quedándose apoyado en un solo pié plano, soltó un pelotazo de acompañamiento que esta vez si dio en la mismísima chola del último y más pequeño fugitivo. ¡Mamaaa´!
De regreso no faltó el consabido “Jose por Dios” de mi madre y él se refugió en el tumulto del bailongo. Cinco minutos después viendo que no aparecía ningún padre airado ni tampoco la Guardia Civil, remató con esta perla: “bueno, si le he dejado tonto no se lo han notado aun en casa”.
Y ahora qué. ¿Cómo? Pues a jugar al baloncesto, hombre, ya veréis.
Había en las cercanías de la Iglesia, próxima al baile, una pista con dos canastas medio inservibles, los aros no tenían red y los tableros estaban rotos y carcomidos, pero le vinieron bien. El solito organizó un partido de baloncesto con una pelota imaginaria que iba encestando, ora en una canasta, ora en otra.
Hizo mil idioteces, porque al partido no le faltó de nada. Mucho bote de balón, combinaciones consigo mismo, canastas, rebotes, alegrías de ganador y disgustos de derrotado. Lo mejor venía cuando lanzado al ataque perdía el balón que solo él veía, y atacaba el tablero enemigo. Con lo poco ágil que era se jugó el tipo varias veces con tanta cabriola.
Mi madre y mis hermanos reían de buena gana, yo también pero algo mas nerviosamente, porque a tan tierna edad iban juntas la risa y la vergüenza que sentía. La última terminaba predominando cuando ya volvía en sí y dejaba de hacer tonterías. Con ella en máximos niveles sanguíneos me metí en el coche cuando ya decidimos marcharnos.
Es que preparaba unas que no había donde esconderse.
Las mismas que hoy, al recordarlas, me hacen reír en plena calle y le ponen a los transeúntes que me cruzo la misma cara, un poco mas curtida, que tenían los niños de Cancarix al ver sus habilidades con las pelotas, grandes o pequeñas, que todas le servían cuando se le venían a la irrepetible que él tenía sobre los hombros.