martes, 12 de junio de 2012

Teníamos un volcán



Si en vez de mirar hacia delante en la Casa Sabas, a la Madama o el Picacho, lo hacemos hacia atrás veremos a la derecha de la Casa Peña una imagen que destaca como un barco de carga que navegase por el seco horizonte. Es el monte de Cancarix: la foto que ilustra la entrada anterior. 


El almendro que había detrás de la casa era el velero bergantín y pirata donde jugábamos en la infancia a embarcarnos para tener mil aventuras de luchas y exploraciones; aquel otro barco en el horizonte ha resultado ser un Geosite (Lugar de interés geológico español de relevancia internacional) con denominación “VU-01: Edificio volcánico de la Sierra de las Cabras (Cancarix)” dentro del grupo de puntos de interés  «Asociaciones volcánicas ultrapotásicas (lamproíticas) neógenas del SE de la Península Ibérica».


Entonces no sabía que era un volcán; una chimenea volcánica de siete millones de años formada por unas rocas raras que reciben el nombre de cancalitas por la toponimia del lugar o sanidina (feldespato potásico) en mineralogía. 


Si les interesa el fenómeno no tienen mas que buscar en Google poniendo volcán o pitón volcánico de Cancarix.
En la foto del mapa geológico, los afloramientos volcánicos son de color azul oscuro tirando a morados (32).
  
Se nota que la familia era de letras. Jamás nos informaron de aquello. 

5 comentarios:

  1. Para cuando lo despitonamos con los martillos de geólogos que nos compramos, hará ahora poco mas de un año?. Mucha enciclopedia y poco golpe sobre el terreno. No puede ser. Por lo menos hay que sacar un pisapapeles. Yo lo sabía porque en Casa Julio se han llegado a hospedar una expedición de estudiantes ¡Belgas! con la cosa de estudiar el fenómeno. Ocurrió cuando yo estaba en Mula. Gracias por tus elogios a mi entrada. No es para tanto.

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    1. Estoy contigo primo: hay que amortizar el martillito despitonando cancalitas o guijos en la Pedriza. Yo estoy liado en otros parterres: llevo tres días dando papilla a un pollo de cotorra de collar (Psitaculla krameri) que recogí en mi jardín. Va a ser verdad que el clima está cambiando: Ya son residentes fijas no sólo las tórtolas turcas (Streptopelia decaocto), las susodichas cotorras y ardillas rojas, sino que también ha venido una vez una tórtola diamante de ojos rojos (Geopelia cuneata). ¿Para cuando un "Acordanzas 2" con tu padre en Cancarix, el tío Carlos vagando por las ramblas de la Madama, el cruce del Mundo en almadía...? Rafa G. sr

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    2. Rafita: pregúntale a la pistacula esa si le apetece otra cosa, que la vas a "empancinar" como a los conejos de la Encarna. Alucinante lo de los nombres científicos que yo creía que solo practicabas en la botánica. Naturalista autodidacta es lo que eres, o sea, de lo mejor en la materia. Quedas fichado como acompañante imprescindible de la próxima excursión a uno de los Santos Lugares. O al que nos digas tú, que allá iran los dos geólogos.

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  2. Yo creo que sí. Cualquier historia bien contada mejora. Recuerdo aquella performance (lo mismo usando esta palabreja alguna entienda mejor la cosa) pero no sería capaz de pasarla a limpio tan bien.
    Si seguimos así el blog acaba siendo de los Vidales.

    Por mí cuando quieras vamos. De los martillos hace ya tres años. Con él estuve machacando una piedra llena de vetas rojas y blancas, durísima, en Galicia. Al final la partí y una lasca salió volando hasta estrellarse en mi dedo corazón. A la virulé me lo dejó; volví al pazo chupándome el dedo.
    Supongo que una roca ultra potásica no será muy dura … como los plátanos de las Canarias.

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